La Belle Époque de Gisele

Hacía mucho que no paraba por aquí, mucho tiempo con ganas de compartir… y que mejor manera de retomar las páginas de este blog de bodas que sacando de un cajón una producción donde nos colamos en una nave repleta de tesoros, Con Otra Mirada (centro de recuperación y restauración y taller de arte, dónde además, puedes hacerte con mobiliario y piezas de otras épocas), junto a mi querida Gisele de La Unike y mi inseparable Quique Magás, uno de los mejores fotógrafos que conozco (y conozco a muchos)

Para la ocasión, la diseñadora rescató de un mágico baúl piezas antiguas de joyeros de grandes damas y las mezcló con plumas, cerámica y flores y estrellas para crear una colección de coronas y tocados atemporales para novias e invitadas.

La inspiración que proviene de la naturaleza exótica, las formas florales o el arte japonés… pero sobre todo de las formas orgánicas como ya hicieron Fabergé, René Lalique Tiffany & Co, Boucheron… que trasladaron poder a los diamantes, perlas, rubíes o esmeraldas. Se le dio mucho valor a las perlas barrocas, los ópalos, vidrios, esmaltes y piedras semipreciosas y la nueva mezcla de diferentes metales desterrando los brillantes ostentosos de la época victoriana.

Al descubrir la colección de Gisele es muy difícil que no nos venga a la memoria la obra Alfons Mucha, de nacionalidad checa pero que creció como artista en el París de la Belle Époque. No todos saben que la musa de Alfons fue Sarah Bernhardt, con la que tuvo un contrato de exclusividad de 6 años para la realización de sus carteles publicitarios, sintiéndose también cómodo creando las escenografías y los vestuarios del Théâtre de la Renaissance. Fue precisamente esta obra la inspiración de Gisele a la hora de diseñar y crear la colección que hay os descubrimos. Cada una de sus exclusiva piezas podrían coronar a la mismísima Bernhardt, pero ella prefiere que vistan vuestras cabeza para llegar al altar como una autentica musa.