Una de las cosas que más ilusión me hacía durante el embarazo era la de preparar el bautizo de mi pequeño Daniel, no sólo por las implicaciones obvias sino por el hecho de celebrar una fiesta con la gente que quieres, celebrando vida.
Como muchos sabéis estuve semanas organizando un bautizo para sorprender a los invitados, y para que mi bebé pueda tener un recuerdo muy especial de ese día.
Tenía claro que no quería un restaurante al uso, necesitaba un lienzo en blanco sobre el que poder trabajar, y lo encontré en el Estudio Grey Box, un espacio diáfano, blanco y limpio donde recrear un mercado gourmet para que nuestras familias y amigos pudieran degustar diferentes propuestas gastronómicas, elaboradas por La Bonnotte Catering, uno de mis caterings favoritos.
La Bienvenida
Pero antes de pasar a la zona de la party creamos una zona de bienvenida, donde los invitados podían hacerse un “shopping” en nuestra particular Cookies-Shop, donde podrían elegir entre distintas galletas que representaban la fauna de un bosque, diseñadas por Ester y sus Galletas y MISs Cakes & Cocktails, en una packaging muy chulo de PackandthinGs , ya que el cuento (inventado) con el que siempre dormimos a Dani ocurre en un bosque mágico, y quería hacer un guiño a los sueños del bebé.
En la entrada también montamos un rincón de firmas con una polaroid (gracias Eli!) donde los invitados se retrataban y pegaban sus fotos en el libro tallado en madera por Un día genial, mientras, los que esperaban se podáis servir una limonada o tinto de verano que pusimos en unos contenedores de cristal, sobre cajas de madera.
Un mercado de autor
Cocina de mercado, arroces (dicen que el rissotto es la especialidad de La Bonnotte, pero yo creo que todo lo que hacen es “su especialidad”), productos del mar, surtido de quesos e ibéricos formaron parte de un menú cuya guinda fue un buffet de postres con naked cakes y otros bocados deliciosos firmados por Delicakes, sobre el ya famoso carrito de Memorias del Ayer. Parece increíble que unas tartas tan bonitas estén tremendamente ricas pero si, fue una de las grandes sorpresas del bautizo y no hubo un solo invitado que no me pidiera la tarjeta.
Por el tipo de invitados que asistieron a la fiesta queríamos huir del típico menú en mesa, por lo que la comida se sirvió tipo cocktel, aunque con un seating marcado, con los nombres de los invitados en madera y el del bebé en grande presidiendo de Un día genial, para los que se querían sentar.
Las mesas, de madera vista de Con V de B hacían que la vajilla destacara y que el protagonismo se lo llevara el camino central de la mesa, diseñado por Dilo con una Flor, y compuesto por rosas frescas, ramas de olivo salpicado por candelabros de plata vieja coronadas por velas aromatizadas. Para cerrar la zona se hizo una replica del camino en forma de guirnalda, de esta manera quedaba perfectamente enmarcado en el espacio la zona de la mesa, delimitando así la zona de mesa con la de mercado y DJ-Dosaune.
En definitiva, ¡un día 10 donde lo pasamos todos en grande!
Con ganas de repetir! 😉
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Todas las fotos son de Quique Magás