Hoy os traigo, la que posiblemente sea, mi sesión de vestidos de novia favorita, y es que hay veces que la magia fluye, es inevitable. Alma Inédita, cuando el azar se pone a trabajar y todos los elementos de confabulan para crear belleza.
Muchas de vosotras pudisteis disfrutarla en la anterior edición de Wedding Style, pero hoy os quiero traer lo que no se vio… mi particular álbum de recuerdos.
De todas las colecciones que nos presentan a lo largo de la temporada hubo una que me llamo en especial la atención, la de los vestidos de novia de Alma Inédita. Tampoco la llamaría “colección”, sino una sucesión de momentos, de “hallazgos” que Irene, alma mater de la firma, consiguió convertir en tesoros con paciencia y altas dosis de amor.
El azar seguía jugando a nuestro favor cuando apareció Paula, la única mujer con la fuerza suficiente en la mirada para lucir como nadie vestidos de otros siglos y trasladarnos a la época actual, haciéndolos suyos, nuestros. ¡Gracias por tu generosidad!
Detalles como la luz y las vistas sólo tenían un emplazamiento posible, Abadía de Parraces, testigo de las bodas más espectaculares de Segovia. Son muchos los rincones idílicos de la Abadía, pero queríamos meternos en las tripas de la finca, lo que nadie ve…. Futuras novias, la parte del monasterio es realmente un sueño, declarado de interés cultural y con unas vistas preciosas a la sierra, el sitio perfecto para no buscar más.
Y si hay una persona en el mundo capaz de leerme la mirada (y la sonrisa) mejor que nadie ese es Quique Magás, uno de los mejores fotógrafos para captar la esencia de las cosas, y extraer la belleza de cualquier rincón. El toque final a la sesión lo puso el equipo de Oui Novias, capaces de hacer arte con sus pinceles en busca del beauty-look perfecto, en este caso buscábamos una novia natural, sin artificios pero con un hairdo muy muy especial.
Lo que decía, confabulación de los astros… ¡Espero que os guste!
